Por qué vender por correo electrónico es mil veces más rentable (y más inteligente) que hacerlo por redes sociales
Hay una pregunta que escucho todo el tiempo:
“¿Por qué insistes tanto con el correo electrónico si las redes sociales mueven más gente?”
La respuesta corta: porque el email no necesita gritar.
La respuesta larga: porque el email selecciona, filtra y construye relaciones que las redes sociales destruyen.
La mayoría de la gente dice que no lee correos. Tienen bandejas de entrada con miles de mensajes sin abrir, íconos rojos que les provocan ansiedad y filtros automáticos que sepultan todo.
Pero si les preguntas: “¿Lees los correos que son importantes para ti?”, la respuesta siempre es sí.
Ahí está el secreto.
El problema no es el canal, es la relevancia.
Las personas leen lo que les importa, y cuando logras que tus correos importen, has ganado la batalla más difícil del marketing: la atención.
Ahora compáralo con las redes sociales.
¿Ves absolutamente todo lo que publica la gente que sigues?
Ni de broma.
Los algoritmos son como porteros con síndrome de poder: deciden qué entra y qué no, y a ti te toca mendigar visibilidad.
La diferencia entre ambos mundos es brutal.
En redes sociales, tú no controlas nada.
No controlas el alcance, ni el formato, ni la frecuencia, ni siquiera el contexto emocional del lector.
En el email, en cambio, la relación es directa, íntima, casi privada.
Tu mensaje llega a su bandeja, no a un feed donde compite con memes, reels y drama.
Un ejemplo lo deja claro.
Un amigo decidió probar su primer llamado a la acción en redes sociales. Publicó, invirtió, hizo ruido… y vendió.
Sí, vendió mucho.
Pero las semanas siguientes se convirtieron en un infierno: devoluciones, reclamos, gente confundida, compradores impulsivos que no sabían ni qué habían comprado.
Vender en redes sociales es como venderle azúcar a alguien con hambre. Funciona rápido, pero no nutre.
Vender por correo electrónico, en cambio, es vender con conciencia.
El cliente no llega por impulso, llega porque pasó por un proceso de educación, de lectura, de comprensión.
Cuando alguien compra después de leerte durante semanas, no compra un producto. Compra tu manera de pensar.
Y eso vale mucho más que una transacción rápida.
Por eso el email no solo genera más ventas, sino mejores ventas.
Clientes más informados, más comprometidos, más leales.
Y eso, a largo plazo, significa negocios más rentables, más estables y más humanos.
Sí, puedes seguir usando redes sociales.
Pero si solo dependes de ellas, estás construyendo sobre terreno prestado.
El email, en cambio, es tu casa digital.
Ahí mandas tú.
Ahí decides las reglas del juego.
Y hablando de juego…
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