Por qué muchos cursos de productividad solo te hacen sentir ocupado (pero no te cambian la vida)

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Hace unas horas estaba revisando una página de ventas.

 

Un cliente me había pagado una suma decente para auditar sus textos y decirle, sin filtro, qué estaba bien y qué estaba matando su conversión.

 

Esto es algo que hago con cierta frecuencia.

 

Pero hay un detalle que se repite cada vez que alguien me contrata para esto.

 

El cliente siempre asume que los textos son el problema.

Como si todo lo demás —el producto, el cliente ideal, la personalidad de la marca— ya estuviera impecable.

 

Spoiler: casi nunca lo están.

 

Y ese fue justo el caso de hoy.

 

Mientras leía la página y trataba de entender la lógica detrás del producto, me encontré con algo que me hizo levantar una ceja.

 

Literal.

 

Como la gente que levanta la ceja cuando ve lo que yo vendo.

 

Este cliente estaba ofreciendo un programa de productividad de seis meses.

 

Sí, leíste bien.

 

Seis meses para aprender a ser productivo.

 

Como si dijeras:

 

“Aprende a tener un bebé en solo 24 meses. Programa especial para embarazadas que no se apuran”.

 

Es absurdo.

 

No porque el contenido no pueda ser útil.

Sino porque la promesa está diseñada para alimentar una mentira muy cómoda.

 

Una que la mayoría de la gente ama repetirse.

 

“Estoy haciendo algo con mi vida…”

 

…cuando en realidad no estás haciendo nada.

 

Así funcionan muchos cursos, mentorías y programas.

 

No están diseñados para generar resultados rápidos y concretos.

 

Están diseñados para mantenerte ocupado.

 

Para que sientas que estás avanzando, solo por el hecho de haber visto cuatro módulos en una plataforma con interfaz elegante y fondo lila.

 

Pero ¿cambiaste algo en tu vida?

 

¿Aumentaron tus ingresos?

 

¿Mejoraste tus ventas?

 

¿Aceleraste tus resultados?

 

La mayoría de las veces, no.

 

Y antes de que digas “bueno, es que hay que tener paciencia”, déjame decirte algo:

 

No estoy en contra del proceso.

Estoy en contra del eterno proceso que nunca aterriza en una ganancia real.

 

La gente quiere sentirse ocupada, no lograr cosas

 

Lo veo todo el tiempo.

 

Hay personas que no buscan resultados.

Buscan validación emocional.

 

Quieren sentirse parte de algo.

Quieren una comunidad donde puedan llorar sus inseguridades.

Quieren tareas, Zooms y PDFs solo para poder decir “estoy haciendo algo”.

 

Y cuando les ofreces una alternativa mucho más rápida, simple y enfocada… te dicen que no.

 

Porque eso implicaría que ya no tienen excusas.

 

No pueden decir “no tuve tiempo de ver la clase”.

 

Tampoco pueden culpar a la plataforma, al mentor, al grupo o al calendario.

 

Ahora la responsabilidad es 100% suya.

 

Y eso, para muchos, es intolerable.

 

Aprender rápido no es para todos

 

Cuando yo les digo a mis prospectos que pueden aprender persuasión, estrategia y ventas leyendo un email diario, muchos no me creen.

 

Me dicen cosas como:

  • “¿Solo con correos?”

  • “Pero ¿y los ejercicios?”

  • “¿No hay comunidad?”

  • “¿Y las sesiones en vivo?”

 

Y yo les respondo con otra pregunta:

 

“¿Quieres aprender o quieres entretenerte?”

 

Porque si lo que quieres es avanzar, entender cómo funciona la mente de tu cliente y empezar a vender más mañana, entonces no necesitas 60 módulos.

 

Necesitas una idea clara, una historia potente, un buen argumento y una forma elegante de cerrar ventas.

 

Eso se enseña mejor por correo.

 

Y no lo digo porque sea más cómodo (aunque lo es).

 

Lo digo porque funciona.

 

Lo sé porque vendo todos los días con mis correos.

Y porque tengo clientes que lo hacen también.

 

Clientes que, a diferencia del 90% de la industria, no necesitan esconderse detrás de más formación, más PDFs o más membresías para sentirse productivos.

 

A quién no va dirigida mi membresía

 

Este artículo, aunque parezca una crítica, también es un filtro.

 

Si eres de los que quiere:

  • Un programa con tareas semanales para no hacerlas,

  • Un Zoom eterno donde todos lloren por sus bloqueos mentales,

  • O una comunidad de apoyo emocional sin resultados tangibles…

 

Entonces mi membresía no es para ti.

 

Porque ahí no vas a encontrar eso.

 

Lo que vas a encontrar son emails diarios con ideas que puedes aplicar ese mismo día.

 

Y si te tomas el tiempo de aplicarlas —en vez de coleccionarlas como si fueran cromos de Pokémon— vas a empezar a notar la diferencia.

 

No porque yo sea un gurú mágico.

 

Sino porque vender es cuestión de enfoque, no de horas frente al escritorio.

 

¿Entonces para quién es?

 

Para los que ya están cansados de “estar ocupados” pero no avanzar.

 

Para los que quieren más tiempo, más dinero y más claridad.

 

Para los que ya tienen un negocio, o una habilidad, o un servicio… pero no saben cómo venderlo sin sonar como vendedor barato.

 

Para los que saben que aprender algo no debería tardar seis meses y costar miles de dólares.

 

Y especialmente para los que aman leer y odian perder el tiempo.

 

Si tú estás entre ellos, te tengo buenas noticias:

 

Hay un lugar donde puedes empezar gratis.

 

Se llama THE GAME.

 

Es una experiencia textual que te enseña, desde el primer correo, cómo vender con historias, persuasión y estrategia… sin tener que volverte un esclavo de los funnels ni prometerle el cielo a nadie.

 

Y sí.

Te lo entrego gratis.

Para que lo pruebes y veas por ti mismo de qué va todo esto.

 

Entra ahora: www.dongabo.com

 

Don Gabo 

Fundador del Movimiento Productivo Anti-Excusas™

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