Por qué automedicarte con tus textos puede estar matando tus ventas

En México, automedicarse no es raro.

 

De hecho, es tan común que hay una especie de sabiduría popular que lo respalda. No importa si tienes dolor de estómago, de cabeza o sientes que te vas a morir.

 

En vez de ir al médico, lo primero que muchos hacen es preguntarle a la tía que “sabe de todo” o buscar un remedio milagroso en internet. Con suerte, terminas tomando una pastilla que más o menos ayuda. Con menos suerte, terminas empeorando el problema.

 

Lo curioso es que esto mismo pasa en los negocios.

 

Y no solo pasa.

 

Es una de las razones por las que muchas personas no venden.

 

Me explico.

 

Tienes un negocio. Te das cuenta de que algo no anda bien. Las ventas no llegan. La gente no conecta. Nadie te compra. Entonces, ¿qué haces?

 

Buscas una “solución rápida” en YouTube, como quien busca un remedio para el dolor de cabeza. Ves un video con título llamativo: “Cómo escribir textos que venden usando AIDA”. Tomas nota. Sientes que ya entendiste. Y decides hacerlo tú mismo.

 

Te automedicas.

 

Sin saber que lo que estás haciendo podría estar alejando aún más a los clientes.

 

Cuando yo vivía con mi mamá, cada vez que me sentía mal, ella sabía qué darme. No era doctora. No había estudiado medicina. Pero tenía ese conocimiento que tienen todas las jefas: una mezcla de intuición, experiencia y remedios caseros que funcionaban (a veces).

 

Con el tiempo me fui a vivir con Ale, mi esposa. Ella sí es médico. Médico de verdad. De los que estudiaron como siete mil años. Y ahí empezó otra etapa. Una etapa en la que cada vez que me sentía mal, no era tan fácil como tomar lo que tenía en el botiquín.

 

No.

 

Ahora había que ir a consulta.

 

Y no solo eso.

 

También amigos, familiares y hasta conocidos me escribían para preguntarme si podía pedirle a Ale que les recomendara algo para sus malestares. Que qué tomaban. Que si esa medicina servía. Que si podían combinarla con otra. Que si el niño tenía fiebre, qué le daban.

 

Y Ale, siempre con la misma respuesta:

 

“Que lo lleven a consulta”.

 

Una. Otra. Y otra vez.

 

“Que lo lleven a consulta, chingada madre”.

 

Y con el tiempo entendí por qué.

 

No puedes resolver un problema de salud si no tienes el conocimiento clínico para hacerlo. No importa cuántas veces lo hayas vivido antes, ni cuántos videos hayas visto. Si no eres médico, no puedes diagnosticar correctamente. Y si no puedes diagnosticar, cualquier cosa que hagas es una apuesta peligrosa.

 

Ahora bien.

 

Lleva esta misma lógica a tu negocio.

 

Eres terapeuta, arquitecto, coach, entrenador, vendedor de seguros, lo que sea. Sabes hacer bien tu trabajo. Te preparaste para eso. Pero necesitas vender más. Y para vender más, necesitas comunicar mejor. Entonces decides hacerlo tú mismo. O peor: se lo encargas a tu sobrino que “le sabe a las redes”.

 

Y luego, cuando nadie te compra, te preguntas qué pasó.

 

Lo que pasó es que te automedicaste.

 

Escribiste tus propios textos sin saber lo que hacías. Usaste fórmulas sin entenderlas. Aplicaste consejos genéricos a un negocio que es único. Y claro, el resultado fue igual de genérico: cero conexión, cero ventas, cero crecimiento.

 

Por eso, cuando alguien me escribe queriendo que le ayude con sus textos, yo no empiezo escribiendo.

 

Primero reviso lo que ya tienen.

 

Hago un diagnóstico.

 

Como un médico.

 

Y si veo que hay potencial, entonces propongo una solución real. Una que funcione. Una que no sea copiar y pegar lo que dice el gurú del momento. Una que esté basada en lo que ese negocio necesita comunicar para atraer y vender.

 

Después, si aceptan, yo me encargo de redactar los textos.

 

Los inyecto.

 

Y el negocio empieza a sanar.

 

Porque los buenos textos venden.

 

Pero los textos automedicados pueden matar tu reputación.

 

Ahora bien, si tú sientes que llevas tiempo automedicándote con fórmulas vacías, frases robadas y textos que no conectan, este es tu momento para dejar de hacerlo. Y no necesitas otro video ni otro consejo random.

 

Lo que necesitas es un sistema serio.

 

Un método.

 

Una consulta.

 

Y una solución diseñada específicamente para tu negocio.

 

Eso es lo que te ofrezco en THE GAME.

 

Ahí te explico cómo puedes empezar a escribir textos que de verdad vendan. Textos que conecten. Textos que hagan que tus clientes digan: “esto es justo lo que estaba buscando”.

 

No más remedios caseros.

 

No más fórmulas sin alma.

 

No más sobrinos haciendo magia con Canva.

 

Si quieres una estrategia de verdad, entra a www.dongabo.com y empieza el tratamiento adecuado.

 

Don Gabo.

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