Lo que aprendí de Chente, El Potrillo… y una canción que vale oro en tu negocio
Si no has vivido debajo de una piedra los últimos 30 años, sabes perfectamente quiénes son Vicente Fernández y su hijo Alejandro, alias “El Potrillo”.
Y si creciste en una casa donde los domingos olían a caldo de res y se escuchaba música de mariachi mientras tu mamá trapeaba el piso con olor a pinol, seguramente en algún momento de tu infancia o adolescencia los escuchaste cantar juntos.
Hay muchas presentaciones épicas de este dúo, pero una de las que más recuerdo fue aquella en el Estadio Azteca. El show era la despedida de Chente, y como en tantas otras ocasiones, subió a cantar con su hijo. Una escena emotiva. Un ídolo diciendo adiós. Un hijo recibiendo la estafeta. Y una canción como puente entre generaciones.
“Perdoooooón, vida de mi viiiiidaaaaa…
perdóooooooón, si es que te he faltaaaadooooo…”
Sí. Esa canción.
Una se la echaba Chente. Otra se la aventaba Alejandro.
Y ahí estaban. Uno enseñando. El otro aprendiendo. Los dos dejando un legado.
Y esa escena, que en su momento fue solo una nota de color en una tarde cualquiera, hoy volvió a mi cabeza como un mensaje directo. Una especie de cachetada suave, con voz de mariachi y tono de reflexión.
Porque aunque no me llamo Chente ni canto rancheras, hay algo que tengo en común con él en este momento:
Tengo que pedirte perdón.
Sí. Te debo una disculpa.
La neta, estos últimos días no te he escrito. No te he enviado mis correos. No te he compartido ideas, estrategias, historias ni ofertas. Y no porque no quiera o porque me falte qué decir.
Tampoco porque me haya rendido.
Lo que pasa es que la vida a veces se pone cabrona.
Se juntan cosas.
Se desbordan emociones.
Y uno tiene que elegir prioridades.
En mi caso, tuve que atender temas personales importantes. Nada grave, todo bien, pero lo suficientemente intensos como para hacerme pausar momentáneamente esta comunicación.
Y lo sé.
Eso, en el mundo de los negocios, puede tener consecuencias.
Porque el email marketing, como cualquier relación, se basa en consistencia, no en promesas.
Por eso estoy aquí, con esta canción en la cabeza y esta idea en el corazón:
Pedirte perdón.
Y aprovechar la oportunidad para plantearte algo claro, directo y sin vueltas.
A partir de ahora, van a pasar una de tres cosas con esta relación:
Uno. Que te desuscribas.
Tal vez pensaste que ya no volvería. Que esto se apagó. Que el silencio fue señal de abandono. Si es así, lo entiendo. No pasa nada. Gracias por haber estado.
Dos. Que en unas semanas cierre esta lista definitivamente.
Sí, lo he considerado. Porque mi enfoque este año es crear un ecosistema más sólido, más comprometido y más rentable. Y puede que esta lista ya no sea parte del plan. Si eso pasa, también nos despediremos.
O tres. Que decidas mantenerte cerca… a través del nuevo proyecto que estoy a punto de lanzar: una membresía privada, diseñada exclusivamente para los que quieren vender más usando el canal más poderoso que existe: el email.
Y esto último es lo importante.
Porque aunque la membresía saldrá oficialmente en unas semanas al público general, tú —por estar en esta lista— puedes entrar ahora. Y lo mejor: a la mitad del precio que pagará el resto.
Así es.
Sin dramas.
Sin urgencias falsas.
Sin escasez fabricada.
Solo una realidad simple:
Si quieres seguir aprendiendo, recibiendo ideas, estrategias y entrenamiento editorial cada mes…
Si quieres profundizar en los secretos del email marketing bien hecho, sin depender de algoritmos ni modas pasajeras…
Si quieres tener acceso a contenido nuevo, útil, sin adornos ni bullshit…
Entonces puedes entrar ahora mismo, por tiempo limitado, a un precio que luego jamás se repetirá.
Este es el tipo de decisiones que marcan la diferencia en un negocio.
Porque la mayoría de la gente no tiene problema en gastar $29 USD en una comida rápida, una botella de vino o una camiseta.
Pero cuando se trata de invertir en estrategias que les ayuden a vender más, titubean, dudan, postergan.
Y esa es precisamente la razón por la que hay tan pocos negocios verdaderamente rentables usando el email.
Lo que no se valora, no se aplica.
Y lo que no se aplica, no se convierte en ingresos.
Así que sí, te canto “perdón” como lo hacía Chente con su hijo, pero con una diferencia:
No para quedarme en la nostalgia.
Sino para invitarte a construir algo mejor, más potente y más enfocado.
Una relación basada en estrategia, constancia y resultados.
Una relación donde tú, desde tu negocio, aplicas lo que comparto, vendes más y construyes una base sólida de ingresos previsibles.
Eso es lo que pasa en THE GAME.
THE GAME es el nuevo entorno de entrenamiento GRATIS que estoy construyendo.
Aquí no hay fórmulas vacías ni consejos de influencer.
Aquí hay método.
Aquí hay visión.
Y sobre todo, hay respeto por tu tiempo, por tu negocio y por la inteligencia de tu audiencia.
Si te interesa ser parte de ese círculo, da clic en el enlace de abajo y únete ahora que todavía puedes hacerlo GRATIS.
¿Te interesa?
Haz clic aquí y descubre THE GAME.
Nos vemos adentro.
Don Gabo
Ingresa a The Game y Aprende Email Marketing de Alto Nivel
Al suscribirte aceptas recibir emails donde te vendo.