La historia equivocada puede matar tu venta (aunque el cliente ya quiera comprar)
Ayer fui con Ale a comprarle un carrito a Emiliano.
O como él dice: un “brrmmm brrmmm”.
Íbamos con toda la intención de salir con algo.
Y no me refiero a dar vueltas, mirar vitrinas o pasear por el centro comercial sin rumbo.
No.
Íbamos a comprar.
Teníamos ganas.
Teníamos la tarjeta.
Teníamos al niño emocionado.
Y aún así… no compramos nada.
¿Por qué?
Porque la vendedora —sin saberlo— contó una historia que mató la venta.
Te explico.
Después de pasearnos por varios pasillos (persiguiendo a Emiliano, que últimamente corre como si tuviera cohetes en los pies), llegamos a la zona de bicicletas, triciclos y coches eléctricos.
Y ahí lo vimos.
Un triciclo que se convierte en carreola.
Y luego en bicicleta.
Y, si me apuras, casi en Optimus Prime.
Hermoso.
Lo vimos y dijimos: “Este se ve bueno”.
Preguntamos el precio:
$2,300 MXN.
Algo así como 115 dólares.
Listo.
Dijimos:
“Va. Hagámoslo”.
Yo ya tenía la tarjeta en la mano.
Solo queríamos ver cómo era por dentro, si las piezas estaban bien, si venía completo.
Cosas básicas antes de cerrar.
Entonces llamamos a la chica que atendía y le pedimos que nos mostrara el producto, que estaba en una caja cerrada.
Y aquí es donde ocurrió lo inesperado.
En lugar de mostrarnos el producto, nos contó una historia.
Nos dijo que tal vez podía mostrarnos uno que ya estaba abierto porque una mamá lo había devuelto esa misma mañana.
Y fue como si nos hubieran arrojado un balde de agua helada.
Ale me volteó a ver.
Yo fruncí el ceño.
Y en cuestión de segundos, la emoción se evaporó.
Ale dijo:
“Mejor venimos otro día con más calma”.
Y yo respondí:
“Sí, vámonos”.
No hubo más.
La venta estaba hecha.
Pero esa pequeña historia, esa anécdota innecesaria y mal contada, nos desconectó por completo del deseo de comprar.
Y ese es el punto.
Las historias venden… o espantan.
No es suficiente con contar algo.
Tienes que saber qué historia contar, cuándo y por qué.
Porque una buena historia enciende el deseo.
Pero una historia mal elegida —como esta— puede destruirlo en segundos.
Y esto aplica también para tu negocio.
Especialmente si vendes por email.
Porque cada vez que presionas “enviar”, estás contando una historia.
La pregunta es: ¿esa historia está acercando al cliente a tu producto?
¿O lo está alejando como esa vendedora nos alejó a nosotros?
Por eso creé una formación completa sobre cómo contar historias que venden.
No es una clase de redacción.
Es un sistema para que puedas usar el storytelling como una máquina de conversión.
Esta semana está en preventa.
El precio sube el domingo a las 11:59 PM y nunca más volverá a este nivel.
Si quieres aprender a contar las historias correctas, en el momento correcto, y con el enfoque correcto…
Aprenderás cómo vender más sin necesidad de presionar.
Solo sabiendo narrar lo que importa.
Don Gabo.
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