La compra de 500 dólares que no tenía planeada (y lo que aprendí de marketing)

gatillos mentales

Mira.

 

Por más que uno quiera negarlo, hay cosas que simplemente funcionan. No porque lo digan los libros. No porque lo avale la ciencia. Funcionan porque sí. Punto.

 

Y ya que estamos siendo honestos, te cuento algo que me pasó durante uno de mis viajes a Colombia.

 

Un país que, por cierto, amo.

 

Y no es amor pasajero. Es profundo. Casi espiritual.

 

Te conté ayer que la primera persona con la que hablé allá se portó mamonsísima. Pero eso no afectó en lo absoluto mi percepción del país. El amor verdadero resiste hasta los desplantes más groseros.

 

Sin embargo, contrario a esa experiencia, pasó otra cosa.

 

Una mucho más… intensa.

 

Partamos de un hecho simple: en Colombia, la vista es agradable.

 

Muy.

 

Y no solo por los paisajes, ni por la arquitectura, ni siquiera por las calles empedradas que parecen salidas de una película.

 

No.

 

Es por las chicas.

 

Sí, las chicas.

 

Las chicas.

 

Las chicas.

 

Oye, no me juzgues. No estoy diciendo nada nuevo. Todo el mundo sabe que Colombia tiene mujeres increíblemente hermosas. Yo solo estoy aquí para confirmarlo, con datos de campo.

 

Una tarde, mientras paseaba por un centro comercial buscando unos audífonos, me encontré con una de esas experiencias que te cambian el día.

 

Caminaba por los pasillos viendo vitrinas, tratando de decidir cuál tienda se vería menos genérica. Hasta que me acerqué a una que prometía buen surtido tecnológico. Entré.

 

Y entonces la vi.

 

Una chica que, aaaayyyy… en fin. No voy a describirla. Pero créeme: la recuerdo al detalle.

 

No solo era guapa, sino que era un encanto de persona. Amable. Simpática. Sonriente. Me ayudó con todo. Me recomendó modelos. Me explicó funciones. Me ofreció fundas, accesorios y hasta me limpió la laptop antes de ponerle el protector que me vendió.

 

¿Y qué pasó?

 

Yo iba por unos audífonos.

 

Solo eso.

 

Pero terminé saliendo con una bolsa llena de gadgets que sumaban cerca de 500 dólares.

 

Salí feliz. Sonriendo como idiota.

 

Y no. No me arrepiento.

 

Porque eran cosas útiles, sí. Pero sobre todo porque fue una experiencia agradable.

 

Ya en el hotel me cayó el veinte.

 

Caí redondito.

 

Y fue entonces cuando entendí algo que ya sabía, pero que ese día confirmé con lujo de detalle:

 

Los instintos primitivos venden.

 

La atracción, la simpatía, el encanto, son armas de venta más poderosas que cualquier embudo automatizado.

 

No estoy diciendo que el producto no importe.

 

Estoy diciendo que si pones a una persona simpática, amable y con buena energía al frente de tu negocio, vendes más.

 

Y si además esa persona es atractiva, el efecto se multiplica.

 

¿Por qué?

 

Porque el ser humano es así. Punto.

 

No lo inventé yo. Está programado desde antes que existiera la rueda.

 

Y por eso, cuando hablamos de marketing, hay un gatillo mental que rara vez falla: la simpatía.

 

¿Ya lo estás aplicando?

 

¿Quién es la persona que responde tus correos?

 

¿Quién da la bienvenida a tus clientes?

 

¿Quién aparece en tu comunicación?

 

¿Y qué transmite?

 

Si la respuesta es “nadie” o “alguien X”… entonces estás perdiendo ventas. Así de simple.

 

A veces, lo único que necesitas para aumentar tus ingresos no es un nuevo producto, ni un webinar, ni una promo irresistible.

 

Es alguien con carisma y buena actitud.

 

Y si ese alguien eres tú, aún mejor.

 

Yo, por ejemplo, no soy ni modelo ni actor.

 

Pero cada día le hablo a mi audiencia como si estuviéramos tomando un café. Con humor, con honestidad, con simpatía.

 

Y eso vende.

 

Si quieres aprender a hacerlo, si quieres vender más sin hacerte bolas con cosas complicadas, entonces únete a THE GAME.

 

Es mi entrenamiento diario donde enseño cómo dominar el email marketing con infoentretenimiento, sin necesidad de gastar miles en anuncios ni vivir en Instagram.

 

Solo texto. Solo correos. Solo resultados.

 

👉 www.dongabo.com

 

Nos vemos adentro.

 

Don Gabo.

Ingresa a The Game y Aprende Email Marketing de Alto Nivel
The Game es la legendaria secuencia de bienvenida de Don Gabo "El Tital del Email" donde enseña sus mejores trucos para vender High Tickets por Email.

Al suscribirte aceptas recibir emails donde te vendo.