Este es un blog que NO cambia vidas (pero sí podría cambiar tus ingresos)
Cuando lancé mi membresía editorial por email, algo inesperado sucedió.
Se empezaron a inscribir montones de personas.
Pero no solo llegaron clientes. También aparecieron los opinólogos de siempre.
Gente que, aunque no compran nada, siempre tienen algo que decir sobre cómo deberías vender lo tuyo.
Uno me escribió:
—“¿Cómo esperas vender una membresía de emails? A nadie le cambia la vida leer emails”.
Y mira. A ese comentario le tengo dos respuestas.
La primera: espero vender mi membresía de emails… enviando emails.
Obvio, ¿no? ¿Cómo más se supone que venda algo cuyo valor está en los emails si no es con emails?
Y lo segundo: no estoy aquí para cambiarle la vida a nadie.
En serio.
No me interesa posicionar mi membresía como una especie de poción mágica para transformar tu existencia, ni como el secreto mejor guardado para lograr la iluminación digital. No vendo humo. No hago promesas ridículas. Y definitivamente no creo que un email —por más brillante que esté escrito— pueda cambiar vidas.
Ahora bien… ¿puede cambiar ingresos?
¿Puede abrirte oportunidades?
¿Puede enseñarte a escribir correos que venden?
Claro que sí. Pero solo si lo aplicas.
Ese es el punto que los “cambiavidas de internet” nunca te dicen.
Te prometen que si no compras su curso, tu vida se quedará igual… pero que si sí lo compras, tu vida cambiará mágicamente.
Lo siento. No juego ese juego.
Desde el principio soy claro: hay personas que leen mi contenido, aprenden sobre ventas, copywriting, marketing digital, salen a aplicar lo que aprendieron y ganan más dinero. Punto.
Y ojo, ganar más dinero no significa que su vida cambie.
Algunos sabrán usarlo bien. Otros se meterán en más problemas.
No tengo control sobre eso.
Lo que yo sí puedo hacer es compartir lo que sé, lo que aplico y lo que funciona en mis propios negocios y en los de mis clientes.
Hasta ahí llega mi responsabilidad.
Si te funciona, perfecto. Sigues en la membresía.
Si no te funciona, te das de baja y no pasa nada.
No hay drama. No hay culpa. No hay chantaje emocional.
Lo mismo aplica para esta secuencia de correos.
No quiero relaciones tóxicas.
Tú tampoco.
Si en algún momento sientes que esto no es para ti, tienes un solo clic para salirte.
Ahora… si llegaste hasta aquí, te tengo un regalo invisible.
Este email tiene una lección implícita. No te la voy a decir. No porque me la quiera guardar, sino porque creo en dejar espacio para que tú conectes los puntos.
Si la captaste, escríbeme y dime qué viste.
Si no, entonces te urge entrar a THE GAME.
THE GAME no es un coaching espiritual.
No es una terapia de desbloqueo.
No es una membresía de mindset.
Y no te va a cambiar la vida.
Pero sí te va a mostrar cómo usar emails para cambiar tus ventas.
Es mi espacio privado donde comparto cómo construir un sistema completo de ventas por correo. Desde la estrategia hasta la redacción. Desde la estructura hasta el contenido.
Todo lo que he aprendido facturando con mis propios emails está ahí.
Y cuesta menos que tu suscripción a Netflix.
Con la diferencia de que en vez de entretenerte mientras procrastinas, THE GAME te entrena para vender mientras escribes.
Así que tú decides.
¿Estás buscando a alguien que te cambie la vida? Entonces este no es el lugar.
¿Quieres aprender a construir tu propia vida usando el canal más poderoso y menos explotado del mundo digital? Entonces haz clic aquí:
Don Gabo.
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