Cómo vender en internet sin hacer videos (y sin perder la cabeza en el intento)
Sé lo que estás pensando.
Que eso de vender por internet sin hacer videos suena a cuento de hadas, a promesa de gurú en chanclas con fondo de yates rentados.
Y lo entiendo.
El mercado está saturado de voces que te repiten como disco rayado lo mismo de siempre: “Graba contenido diario”, “Haz reels virales”, “Abre un canal de YouTube”, “Sube valor en TikTok”, “Haz lives los martes”.
¿Y sabes qué?
Lo probé todo.
Durante años me lancé de cabeza a cada estrategia que se cruzaba por el camino.
Lanzamientos, webinars, embudos, podcasts, series de contenido, y toda fórmula que tuviera nombre gringo y promesa de millones.
Y sí, vendí.
Sí, gané dinero.
Pero también me pasó algo que nadie te cuenta en esas páginas bonitas llenas de testimonios y cifras editadas: me estaba matando.
No dormía.
Vivía estresado.
Mi cabeza era un horno encendido las 24 horas.
Y lo peor: mi familia estaba ahí, pero yo no.
Así que un día, como si fuera un capítulo de esos en los que el protagonista se harta, me miré al espejo y dije:
Esto no es lo que quiero.
Porque si para tener “éxito” debo vivir amarrado a un calendario de contenido, a una cámara encendida o a la ansiedad de los likes… entonces no vale la pena.
Quería otra cosa.
Una vida simple.
Un negocio rentable.
Y una estrategia que me permitiera ganar bien sin perderme la vida real.
Fue ahí cuando tomé una decisión que lo cambió todo.
Empecé a vender solo con emails.
Sí, solo con correos.
Nada de videos.
Nada de TikToks.
Nada de podcasts.
Nada de fingir que sonrío mientras me grabo con un aro de luz.
Solo abrir mi compu cada mañana, escribir durante media hora y listo.
Enviar un mensaje con historia, emoción, argumento y oferta.
Uno al día.
Y dejar que el email hiciera lo suyo.
Hoy, gracias a esa decisión, tengo un negocio que se sostiene con textos.
Y más importante aún, una vida que disfruto.
Tiempo para estar con mi hijo.
Tiempo para ver películas con mi pareja.
Tiempo para tomar café sin prisa.
Eso no me lo dio ningún algoritmo.
Me lo dio el email.
Ahora bien.
¿Es fácil?
No.
¿Es rápido?
Depende de tu compromiso.
¿Funciona?
Mucho más de lo que imaginas.
El problema es que nadie te lo enseña bien.
Todos quieren meterte en el tren del contenido porque eso se ve.
Pero lo que no se ve es lo que pasa en las bandejas de entrada.
Donde se toman decisiones.
Donde se cierran ventas.
Donde ocurre el verdadero negocio.
Si tú estás harto de ser un esclavo del contenido.
Si ya probaste videos, audios, imágenes y nada despega.
O si simplemente quieres vender más con menos esfuerzo…
Entonces necesitas esto:
Y si ya tienes lista pero quieres que yo escriba los emails por ti, también hay opción.
Pero THE GAME es el primer paso.
Don Gabo.
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